No podemos decirlo lo suficiente: el desayuno es la comida más importante del día. Pero para que proporcione toda la energía necesaria al cuerpo, debe estar completo y equilibrado. Es importante comenzar por hidratar su cuerpo después del ayuno nocturno. Lo mejor es beber un vaso lleno de agua al levantarse. Según los gustos y los deseos, beba un té o un café. Los productos lácteos son importantes porque son una fuente de calcio. Coma una pieza de fruta, ya sea fresca o en jugo. Por último, piense en los cereales, preferiblemente enteros, ricos en vitaminas, fibras y minerales. Se pueden consumir en forma de muesli o pan, a cambio de los cereales habituales. ¡Ahora está listo para comenzar el día con el pie derecho!