22 de agosto de 2016.
Una vacuna contra las infecciones de transmisión sexual por bacterias. Chlamydia trachomatis está siendo desarrollado por un equipo de investigadores canadienses.
Los experimentos iniciados en ratones, utilizando una vacuna administrada a animales a través de un simple aerosol nasal, han demostrado ser muy concluyentes. El grupo de ratones protegidos por la vacuna no se contaminó con la clamidia con la que entraron en contacto, a diferencia de los ratones que no habían sido inmunizados con la vacuna de prueba.
Terapia que podría usarse contra otras ETS
Más interesante aún, el método utilizado para contrarrestar la infección por clamidia también podría utilizarse en la prevención de otras enfermedades de transmisión sexual, como el herpes genital, el virus del VPH o incluso el sida.
Sin embargo, los investigadores han estado intentando desarrollar una vacuna contra la clamidia durante unos 30 años, sin éxito, a pesar de que es la infección sexual más común en Europa y América del Norte, contra la cual el tratamiento antibiótico es afortunadamente eficaz. Investigadores canadienses han estimulado con éxito la respuesta inmune en ratones de laboratorio al entrenar sus cuerpos para que reconozcan una proteína, BD584, que se encuentra en la superficie de la mayoría de las bacterias Chlamydia, de las cuales existen muchas variantes, de ahí las dificultades para detectarlas y erradicarlas.
Clamidia: una infección silenciosa
Entre el 50 y el 70% de los adultos infectados por clamidia no lo saben porque los síntomas son difíciles de detectar. Sin embargo, los riesgos son reales, incluida la enfermedad pélvica en las mujeres y la infertilidad en ambos sexos.
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